Amor y llamado
Serie: Rumbo al altar
Por Esencia
Soy Laura de Argentina y llevo casada 12 años.
Desde mi adolescencia Dios había puesto un llamado muy hermoso para servirle fuera de mi país, así que debía prepararme para poder salir algún día como misionera. Por eso durante mi tiempo de soltería, me dediqué a estudiar y a servir a Dios, tanto dentro de la iglesia como fuera.
Ese llamado era tan claro en mi vida, que me llevó a cuidar mi corazón para el momento en que llegara el hombre correcto.
Este hombre de Dios tenía que cumplir ese primer requisito tan importante para mí: tener el deseo de dejar su cultura e ir a otros lugares para hablar de Dios. Tal vez pienses que mi vara era muy alta, pero era lo que yo le había pedido a Dios y estaba segura de que Dios iba a responder mi oración.
Recuerdo un día en que llegó a mi iglesia un muchacho que se empezó a interesar en el área de misiones y evangelismo, por lo que comenzamos a servir juntos. Nos conocimos en el servicio a Dios, hasta que después de un tiempo se convirtió en mi mejor amigo.
Nuestra amistad duró algunos pocos años y nuestro tiempo de noviazgo algo así como trece meses. Recuerdo bien que al primer mes de noviazgo Luis me propuso matrimonio y lo hizo de una forma particular, me dijo que él quería que yo fuera la madre de sus hijos y su compañera de vida.
En nuestro tiempo de noviazgo buscamos la compañía de nuestros pastores, para que nos mentorearan y guiaran en este proceso.
Orábamos cada día, y juntos leíamos libros. Recuerdo que el primer libro que leímos fue Los 5 lenguajes del amor de Gary Chapman. Este nos ayudó a conocernos mejor desde el principio del noviazgo.
Hoy después de estos años recorridos, y de varios países en donde hemos vivido, hemos aprendido que la comunicación y la confianza que depositamos el uno en el otro nos ha ayudado hasta aquí para seguir unidos.
También hemos visto que permanecer dentro de la voluntad de Dios y su llamado es lo mejor.
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