Cuando eres inconstante

Foto por Abigail Eager

Y tú, ¿Consideras que estás siendo una responsable administradora de tu tiempo?

Por Reyna Orozco Meraz

«Mañana lo hago». «No tengo ganas». «Estoy muy cansada». «No estoy segura». «Lo haré cuando me interese de nuevo»  «No puedo». «No sé cómo». «Alguien más lo hará mejor que yo». «Es muy tedioso». «Lo dejaré». «Solo me puedo esforzar cuando algo me gusta e ilusiona, si me aburre, lo dejaré». «Ya no quiero». «Después». «Renuncié».

Mi querida amiga lucha en gran manera con la falta de constancia y la administración de su tiempo. Procrastina, no cumple con sus compromisos, se sabotea y flojea demasiado. Ella quiere cambiar y pide ayuda, se entusiasma por lograr cambios, pero no se compromete en los pequeños pasos que la ayudarían a crecer en fidelidad y constancia.  

Y tú, ¿cómo te sientes en esa área? ¿Consideras que estás siendo una responsable administradora de tu tiempo? Si hoy te hicieran una auditoría, ¿cuál sería tu calificación? Todas tenemos la misma cantidad de tiempo cada día, entonces ¿por qué hay personas que parece que sí logran cumplir con sus responsabilidades? 

Pudiéramos pensar que solo las personas jóvenes están en una etapa de oportunidades y de poder lograr lo que se propongan, pero en realidad todos debemos honrar a Dios con nuestras vidas. Todos estamos ante una serie de decisiones que marcarán nuestros días y nuestro futuro. Si la pereza te está consumiendo, si no estás siendo buen mayordomo de tu tiempo, te invito a hacer una pausa y considerar las consecuencias de tus decisiones. 

Ora: Si debes arrepentirte de negligencia, pereza, flojera e incumplimiento de tu palabra, hazlo. Pide al Señor que abra tus ojos a cómo puedes usar el regalo de vida que te otorga diariamente, para su gloria. Sin su ayuda y dirección pudieras estar haciendo esfuerzos en asuntos que no requieren importancia y descuidando lo más importante, por eso necesitas abrazar lo que a Él le importa.  

Lee: Efesios 5:16 y escríbelo donde suelas perder más el tiempo, para que sea un recordatorio de tu anhelo por abandonar patrones no saludables en los que desperdicias tu tiempo. «Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos»

También medita en  Proverbios 24:30-34: «He pasado junto al campo del perezoso Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento Y vi que todo estaba lleno de cardos, Su superficie cubierta de ortigas, Y su cerca de piedras, derribada. Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; Miré, y recibí instrucción. «Un poco de dormir, otro poco de dormitar, Otro poco de cruzar las manos para descansar», Y llegará tu pobreza como ladrón, Y tu necesidad como hombre armado». 

Actúa: Encomienda cada día al Señor. Comienza a escribir tus actividades diarias en una agenda o en un cuaderno en blanco. Luego haz una evaluación al final de cada semana donde puedas ver esos «agujeros negros» a los que se escapa todo tu tiempo. Comprométete a terminar lo que comienzas y cumplir con tus compromisos. Busca una amiga que quiera crecer en la misma área y anímense una a la otra para no permanecer ociosas.

Dependamos del Señor en cada área de nuestra vida. Es mi oración que podamos ser fieles administardoras del milagro de vida que nos es otorgado cada día y que esas frases mencionadas al principio del artículo, no sean parte de nuestro vocabulario, sino que podamos vivir vidas plenas y fieles a nuestro Creador.


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